Cómo definir buenos objetivos
Una definición correcta de objetivos nos facilitará en gran medida alcanzarlos.
En general, se considera que un objetivo está bien definido si cumple las características M.A.R.T.E. : Medible, Alcanzable, Retador, Temporal y Específico.
- Claro, concreto y específico: Es lo que se llama llevarlo a tierra, se trata de pasar de un objetivo general o ambiguo a concretar y detallar al máximo qué es lo que queremos lograr
- Formulado en positivo: Resulta mucho más motivador cuando en lugar de centrarnos en lo que no queremos somos capaces de visualizar aquello que deseamos.
- Iniciado y mantenido por uno mismo: Uno de los hándicaps comunes es plantearnos objetivos en los que al menos una parte no depende de nosotros, por lo que su logro estaría supeditado a terceros.
- Cuantificable: Has de preguntarte qué verás, oirás y sentirás cuando lo logres, e incluso cómo sabrás que estás en el buen camino a lo largo del proceso.
- Definido en el tiempo: Como decía Walt Disney “la única diferencia entre un sueño y un objetivo es la fecha”. Así que ponle fecha tanto a tu proyecto final como a los diferentes pasos previos.
- Ecológico: Algo que también hemos de plantearnos es qué impacto tendrá en nuestro entorno luchar y conseguir nuestra meta.¿Cómo va a afectar este objetivo a mis relaciones personales o a mi entorno laboral? ¿Va a ser positivo para mi y para los demás conseguirlo?
- Importante y motivador: Comprueba que está alineado con tus valores y que realmente te ilusiona conseguirlo. En ocasiones nos sentimos frustrados al no alcanzar nuestra meta cuando en realidad no se trataba de algo importante o motivador para nosotros.
Además, desde el IAP le añadimos una característica más que creemos fundamental: el objetivo siempre tiene que estar formulado en Positivo!
Os invitamos a definir vuestro objetivo M.A.R.T.E.+ !!
Natalia Ruiz
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