Las personas positivas, ¿nacen o se hacen?
Hay personas que ya tienen una predisposición a ser positivas por naturaleza, que tienden a ver el lado bueno de las cosas y a hacer lecturas de las circunstancias en positivo. Esta forma de ver la vida tiene que ver con la genética, es un positivismo que les viene dado por naturaleza.
Pero también hay una parte muy importante que depende de nosotros, de nuestra actitud, y que se puede entrenar.
Está comprobado que cualquier emoción negativa tiene un impacto mucho más fuerte en nosotros que las positivas, de hecho por cada emoción negativa que generamos necesitamos generar al menos 3 emociones positivas para equilibrar la balanza. Por eso es tan importante controlar esa negatividad, y focalizar nuestra atención en lo bueno que nos sucede.
Estamos rodeamos de cosas buenas, siempre tenemos motivos para estar agradecidos a la vida y para ser felices. Lo que ocurre es que nos acostumbramos en seguida, tanto a lo bueno como a lo malo, pero a lo bueno nos acostumbramos mucho más rápido.
La claves es entrenar la mente para desacostumbrarla, reeducarla para que captemos mucho más lo positivo y seamos capaces de seguir disfrutando de las cosas buenas que ya tenemos a diario y que dejamos de valorar.
¿Qué podemos hacer para ser más positivos?
Cambiar la tendencia que tenemos de focalizarnos en lo negativo no es una tarea fácil, ni mucho menos rápida. Se requiere de constancia, atención y mucho trabajo para conseguir resultados duraderos en el tiempo.
«Lo importante no es si es fácil o no, lo importante es si vale la pena».
Hoy te propongo dos ejercicios muy sencillos, que practicados a diario, conseguirán que tengas una visión más positiva de la vida.
El primer ejercicio consiste en coger una hoja en blanco y anotar motivos por los que estar tristes, preocupados o desilusionados. Después darle la vuelta a la hoja, buscar y anotar al menos 30 razones por las que estar agradecidos con la vida, motivos para estar feliz y disfrutar de nuestro día a día. Si somos capaces de darle la importancia adecuada a cada cosa, y de ver la belleza de lo que nos rodea, encontraremos muchos más motivos para ser felices y positivos.
El segundo ejercicio que te propongo sobresale por encima de otros muchos, consiguiendo resultados a medio y largo plazo más duraderos.
Es tan sencillo como cada noche, antes de acostarte , repasar al menos tres cosas buenas que te hayan pasado a lo largo del día. Durante la primera semana, anotar esas cosas y además escribir el por qué crees que te han pasado. Después será suficiente con repasar mentalmente cada noche lo bueno que te haya pasado.
Con esto conseguimos entrenar la mente para primero captar lo positivo y segundo, disfrutarlo mucho más.
“Donde llevas tu atención llevas tu energía. Y donde llevas tu energía llevas tus resultados”
Fabián Villena
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